La inspiración, la copia, el copyright y el Le Corbusier que los parió

Hola familia.

Hoy os traigo un tema que tenía en la cabeza desde hace tiempo, y leyendo a @laperiferia en Arquine pensé que tenía que explicarlo en un post. El tema es la copia en arquitectura. O es inspiración, y no es copia. O casi. Es que en arquitectura es complicado, ya veréis.

En arquitectura no hay copyright. No lo vemos como algo extraño, pero yo os digo, esto es un constructo social histórico y alguno está convencido de que no debería ser así. Yo no estoy de acuerdo. Y pregunto ¿acaso somos tan distintos de diseñadores de moda? ¿de ingenieros informáticos? ¿no usamos patrones? Los patrones son instrucciones, recetas, que no tiene sentido que tengan copyright. Ved este vídeo de TED, que yo os espero:

Ahora podéis ver que en general los programas de ordenador, la ropa, las recetas o los coches no pueden tener copyright porque son demasiado funcionales, utilitarios. Mi pregunta es ¿qué hay más funcional, más utilitario que una edificación? Un edificio sin uso (explícito o no, eh!) o que no tenga función enseguida pasa a la categoría de escultura monumental.

Y en ese video Johanna cuenta que la gente en el mundo de la moda dice en el vídeo anterior, en el minuto 12:41, “No le cuentes a nadie que realmente podemos robarnos entre nosotros los diseños, es embarazoso” Lo llama el “pequeño secreto sucio de la moda” ¿Os suena de algo? Yo creo que hay una similitud. En arquitectura es normal “robar” o “copiar”, pero a nadie le gusta decirlo abiertamente. Mejor “inspiración”, “versión” y otras palabras bonitas. Yo creo que es un complejo absurdo, de diseñadores y arquitectos.

En el ámbito de la arquitectura hay otro factor. Como dice Pedro en su post: “Copiar –alejado aquí de toda pretensión económica– supone uno de los ejercicios más básicos a la hora de entender una arquitectura” Y esto es cierto. Lo vivimos en las escuelas, y en el día a día. En la Escuela es fundamental ese “obligado” estudio de obras y autores repetidos cientos de veces, seccionados, hechos maqueta, analizados y calcados mil veces. También en la vida real: copiamos letras, flores, casas, personajes, para aprender a escribir y a dibujar. En el día a día, todos y cada uno de nosotros, nos rodeamos de referencias, ideas, citas e imágenes que apoyen nuestro desarrollo intelectual (yo me considero una abusona en el tema, no puedo vivir sin referencias y conexiones entre ellas) sea para crear algo o para aprender algo.

Ahora, tanda de preguntas ¿Os planteáis entender un nuevo edificio en vuestra ciudad sin analizarlo comparándolo con lo que ya conocéis, con otros de la misma tipología, con otros en la misma ciudad? ¿Creéis que el arquitecto no buscó? Quizá no investigó ningún edificio de esa ciudad, de ninguna época, o ningún otro edificio con la misma función. Quizá ni siquiera pensó en sus propios edificios anteriores. ¿Cómo sería ese edificio nuevo, limpio, sacado de una chistera, sin copias, inspiraciones, salido de la pura fuerza creativa…? A mí me da repelús pensarlo, la verdad. Creo que en arquitectura más que en ningún otro campo, no hay que reinventar la rueda.

Y con todo esto vengo a defender la copia, y como yo no sé explicarme sin dibujitos, fotografías o algún tipo de imagen, ahí van unos ejemplos:

Esto es una foto de la capilla de la Iglesia de Ronchamp en Francia, de Le Corbusier, año 1954, (que hace poco vandalizaron, hay cada animal suelto…) sacada de un blog.

Y esto es una foto mía de la Villa Adriana, cerca de Roma, del siglo II. Sospechamos que el Corbu la visitó.

Aquí tenemos a Schinkel VS Boulleé:

Suponiendo que no conocéis la obra, ¿sabríais decirme cuál se dibujó primero? ¿Cuál se construyó o cuál no? ¿Si se conocían los arquitectos? ¿Si he escrito bien el orden de los nombres de los arquitectos, para que estén colocadas respectivamente?

Como conclusión os comento que a mí esto me parece bueno. Fascinante, maravilloso y parte de una tradición que consigue crear maravillosas arquitecturas. Y además creo que aquel que no esté de acuerdo conmigo o está siendo hipócrita y quiere ocultar su “pequeño secreto sucio” o en realidad no se da cuenta de que copia, pero copia aprendiendo. Porque como decía Alejandro de la Sota, “los maestros están para aprender, no para copiar”. Y yo digo que se aprende copiando. Bueno, inspirándose.